Vivimos en un mundo y en una sociedad donde nos invade la velocidad, el stress, y el querer hacer cuantas más cosas mejor. Todo ello, a veces nos genera una sensación de estar automatizados desde que nos levantamos, hasta el final de nuestra jornada.

imagen El presente de tu futuro

Asimismo, denoto en muchas de las personas a las que habitualmente acompaño en procesos de Coaching, una extrema preocupación por su futuro profesional. Esto no es de extrañar, tras lo vivido en los últimos años, donde como un castillo de naipes se nos han ido cayendo todas nuestras expectativas, y el modelo de vida que habíamos generado a su alrededor.

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Ante esto, es fácil detectar personas nostálgicas, recordando que cualquier tiempo pasado fue mejor (no siendo conscientes de que el status quo anterior jamás volverá), así como otras, en una búsqueda constante de un futuro mejor, más bien en una huida hacia adelante, diría yo.

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Con respecto a toda esta reflexión, es importante trasladar que solo aquellas acciones conscientes, meditadas y planificadas son las que nos pueden llevar al lugar que deseamos. Nunca mejor dicho, que debemos poner el foco en nuestro objetivo, ya que todo aquello que realicemos en la actualidad será nuestro billete para trasladarnos hacia ese futuro deseado. Por ello, nuestro futuro solo depende de nuestro presente.

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Y ante ello, mi pregunta es ¿cuántas acciones que dependan de ti puedes acometer para conseguir ese futuro que tanto anhelas? Para ello, ten presente centrarte en aquello en lo que puedas influir, y recuerda que el talento solo es efectivo cuando se pone en acción. ¿A qué estás esperando? Tres, dos, uno...ACCIÓN!!!

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